"Cuando llega el amigo, el Amado, dentro de mí suena una melodía. Es mi propia melodía la que me hace feliz, pero ahora se ahonda y se agranda con la suya. Cuando mi amigo se va, me quedo lleno con su música y la mía, que no se estorban, porque se complementan ensanchando el sentimiento de la felicidad que somos.
Esa melodía se expande dentro de mí, pero no ocupa lugar, dejándome libre para escuchar otras melodías, y aunque la siguiente melodía suene distinta, todas ellas enriquecen mi propia melodía llenándola de matices armónicos que la hacen mas hermosa. Puedo tener una o mas que me agraden de una manera especial distinguiéndose de las demás, pero no me aferro a ellas ni deseo que se aferren a la mía. Disfruto cuando está conmigo y disfruto cuando se va porque, con él, no se va lo que me ha dado.
Así que no tengo la enfermedad de la nostalgia, pues al saberme feliz, no añoro nada. ¿Cómo podría echar de menos a las personas que amo si estoy lleno de ellas?No temo tampoco que me olviden pues, al marchar, se han llevado de mí todo lo que supe darles en aquel momento y ellos supieron tomar. Así que, tanto cuando se van como cuando regresan, no tengo nada que reprocharles ni reprocharme. TODO ESTÁ CLARO.
La verdad es que no puedo añorarte, amigo, porque estoy lleno de ti. Si te añorase tendría que reconocer que, al marcharte, te quedaste fuera de mí. Pero, si te amo, no es posible que ocurra así. ¡Pobre de mí si cada vez que una persona amada se va, mi orquesta entrase en paro!.
Al quererte, te quiero independiente de mí: LIBRE COMO EL VIENTO. No enamorado de mí, sino de la vida.
No se puede caminar cuando llevas a alguien colgado a tu cuello. Te impediría avanzar y al otro le frenarías su capacidad de elegir y de caminar por sí mismo.
Se dice que todos tenemos necesidades emocionales: sentirse querido, apreciado, ser deseado, pertenecer a otro... ¡No es verdad! Tú no eres un objeto, que se valora según el aprecio que se ponga en él y según la demanda del mercado. No existe tal necesidad y, si lo sientes así,, es que estás sufriendo una enfermedad que viene de tu inseguridad afectiva. Tanto la enfermedad (necesidad de sentirse querido) como la medicina que se ansía (atención, dedicación y estima) están basadas en *necesidades* falsas.
Necesidades emocionales, para conseguir la felicidad por medio de actitudes de los otros, no hay. Tú tienes todos los elementos para ser feliz, si no lo eres, busca dentro de tí lo que está impidiendo que lo seas.
La manifestación de aprecio agrada y estimula,pero no te da mas felicidad de la que tú dispones. Tú eres felicidad y amor en potencia. Depende de la felicidad y amor que sepas desarrollar el que tú te sientas mas o menos feliz.
El amor es un estado del alma, una manera de ser. NO es una acción, una actividad, un compromiso. El amor es una manifestación de tu esencia que fluye espontánea cuanto tienes el corazón libre de ataduras, de imágenes comerciales del amor, de apegos y de miedos. Cuando despiertas y lo liberas, el amor fluye, sin pedirte permiso, en cada instantes de tu vida y no tomas cuentas de ello.
La felicidad está en tu respuesta a la vida: AMAR es percibir con claridad y responder con exactitud, dice Krishnamurti.
EL amor exige claridad de percepción: ¿A quién amo y por qué? ¿Amo a una persona, o amo una imagen que me seduce y deslumbra? ¿Mi amor nace de mí mismo, o de mi necesidad de ser correspondido? También nuestras respuestas en el amor han de ser precisas: ¿TE amor porque para mí el amor es darme? ¿Estoy hipotencando mi libertad y la tuya en el deseo de apropiarme de tí y de que yo te pertenezca? La respuesta ha de ser clara: Te amo y por eso te quiero libre de sujeciones. Así nuestro amor nacerá nuevo cada día" (del libro "Testigo de la Luz" de Anthony de Mello).
Cuando no encuentro palabras para poder manifestar lo que pasa por mi cabeza o siente mi corazón recurro a los libros de Abel, en esta ocasión les comparto este fragmento que me ha llenado de dudas y eso me alegra, porque quiere decir que todavía estoy abierta a nuevas experiencias y contactos con Abel. Él siempre decía que "tenemos que morir psicológicamente a cada día para ver el siguiente con ojos nuevos" y pienso que es muy cierto.
Cuando me abruma la nostalgia, la melancolía, la tristeza siento que el día lo vengo cargando en la espalda, y al llegar la noche lo dejo caer como cae mi cuerpo en la cama; sin embargo, hago un esfuerzo para hacer mi trabajo espiritual y morir psicológicamente a ese día para que no arrastre nada negativo al siguiente que comienza... muchas veces resulta... en otras ocasiones es mas difícil, pero sigo luchando...
Tal vez este fragmento es muy profundo, pero Abel y yo pasábamos muchos momentos intentando descifrar los mensajes que encontrábamos en nuestro camino, y lo mas maravilloso es que no llegábamos a una conclusión, siempre quedaba una pregunta en el aire que nos hacía seguir adelante con mas curiosidad ante la vida y ante la muerte.
Ahora voy acercándome mas a mis sentimientos y amis emociones; todo lo tenía oculto, no quería desnudar mi alma con nadie que no fuera Abel porque tenía miedo de lo que pensara la gente: lástima, aburrimiento, locura por mi parte, exasperación... pero eso se acabó!, sé que hay personas que me Aman en todo el sentido de la palabra y no la imagen que salga de mí...
"Hay que ver con los ojos de un niño, asombrándonos de lo que vemos como si fuera siempre la primera vez" me decía también Abel.
Abel y mi papá tuvieron esa percepción de la vida; al menos ese es mi punto de vista.
Tal vez no los entendimos lo suficiente, tal vez nosotros siempre fuimos demasiado "viejos"; tal vez ellos al encontrarse en este mundo por primera vez se reconocieron como viejos amigos y quisieron estar juntos lo antes posible para poder seguir ofreciendo ese Amor, que a veces por necios no sabemos vivir en nuestras propias carnes y en nuestros corazones, no vivimos en el Amor, lo buscamos como si fuera algo independiente de nosotros, perdiéndonos de las sensaciones que provoca desde dentro hacia afuera...
Por otra parte, estaba pensando en el título del texto: "te quiero libre como el viento"... cuando Abel y yo comenzamos a ser novios (el tres de Julio de 1999) la primera vez que le dije: "¡Te quiero!" me contestó: "¿para qué?" , en un principio no entendí su respuesta, pero me la explicó: "cuando decimos que queremos a alguien es porque buscamos algo de esa persona, necesitamos algo de esa persona, somos alguien fuera de esa persona, y el Amar no es buscar, sino encontrar, es entregar no esperar, cuando se Ama la división ya no existe, porque tú formas parte de mí como yo de tí; formamos una unidad energética infinita...como si millones y millones de partículas estuvieran mezcladas unas con otras, tanto que no se sabe dónde acaba una y donde comienza la otra... así que yo nunca te diré Te quiero, sino es más legítimo decirte Te amo!"...
Así que si me permite el escitor De Mello, yo cambiaría el nombre por "Te amo y quiero que seas libre como el viento"...
La mayoría de mis días estoy centrada, voy encontrando paz porque entre Abel y yo no quedó nada pendiente, si mucho por vivir juntos, pero teníamos absoluta comunicación verbal y espiritual, sin embargo, no niego que dudo, no niego que caigo, no niego que tropiezo, pero Abel y mi papá están conmigo en forma de amor, como aquella sinfonía de la que habla el fragmento al principio y ¡cuánta razón tiene!, lo que pasa es que somos demasiado carnales para entender a seres de la altura de Abel o Don Amado...
Quisiera ser muy liviana para tener los sentimientos claros como se explican en el escrito con que comienzo mi reflexión, pero... ¡soy aun tan mundana!; así que seguiré buscando dentro de mí, seguiré investigando y urgando muy adentro para encontrar todo lo bello que puedo dar y que la música de mi alma sean notas que alegren y den felicidad a las personas con las que convivo.