lunes, 25 de agosto de 2008

La aceptación del Duelo

Mi Amadísimo Abel:


Tengo muchas ganas de hablar de tí, a todas horas, pero algunas personas -tal vez por miedo a la muerte- dan indicios, por su manera de mirar, por la forma esquiva; que ellas no quieren saber de ti, pero no por tí en particular -supongo- sino por el sentimiento de pérdida que se puede experimentar y al cual ellos no quieren acercarse ni siquiera con el pesanmiento.

Sigue siendo un tema tabú, sólo tenemos verdadera empatía con las personas que han sufrido una pérdida; nos sentimos comprendidos, escuchados; como si fuéramos parte de un mundo que es paralelo al del resto de las personas.

Durante todo este tiempo he aprendido a hablar de ti; he observado que ya no cambio el tono de la voz, que no la tengo apesadumbrada y que mis expresiones faciales no se ponen rígidas... dicen que el tiempo lo cura todo; yo diría que es una mentira; no es que cure, sino que te enseña a vivir con "aquello".

Estoy aprendiendo a vivir con tu ausencia física... parece contradictorio: "a vivir con tu ausencia fisica"...


Según lo que voy leyendo aquí y allá, parece que estoy en la fase de la "Aceptación del duelo"; a saber que ya no estás, que no regresarás, que tu vida ha concluído y que la mía todavía no; al menos no físicamente. La tuya continúa en otro plano, pero ya no eres tú, como un ente único, sino como "algo" omnipresente que ya no se reconoce como Abel... ¿o si?... todo depende de lo que crea que hay mas allá de la muerte física.

Lo que sucede es que cuando nos referimos a "nuestros seres queridos que han marchado" seguimos haciéndolo dirigiéndonos a ellos como su fueran algo unipersonales, sin embargo, supongo que hasta que el Ser superior lo vuelva a formar, son "algo" que no se puede describir, porque precisamente están en todas partes y en ninguna al mismo tiempo.

Muchas veces nos hemos preguntado. cuando tenemos dudas acerca de los sentimientos: ¿puedes describir el amor?, ¿puedes describir el rencor?, ¿puedes describir la tristeza, la desesperación, la melancolía?... Acaso podemos encontrar descripciones cercanas que son la representación de aquellos sentimientos y emociones, pero en realidad no se reconocen como tal; sino que tenemos reacciones y acciones que nos acercan a elllos.

Siento que ahora tú eres así; no puedo describirte, pero te siento, inundas todo; no hace falta verte para saber que estás ahí, no es necesario tocarte para poder sentir tu protección, no hace falta escucharte para entender tus mensajes, porque para olerte sólo es necesario acercar mi olfato a una flor; para seguir encontrando la razón de seguir viviendo basta que cierre los ojos y te deje entrar abriendo las vías del amor.

Porque tú eres Amor, porque tú, Abel, eres todo aquello que nos hace sonreír, que nos hace también llorar y que nos hace movernos como si tuviéramos hilos invisibles: eres tú quien nos mueve con toda la Fuerza Espiritual que antes en tu forma física y ahora en tu nueva "no forma" tienes.

Aceptar que ya no estás no es fácil, pero estoy en ello... estoy en ello...

jueves, 21 de agosto de 2008

Ahora que estamos de vacaciones en la Escuela de Música, por las tardes tengo tiempo para hacer muchas cosas... bueno, en realidad no muchas porque quisiera hacer tantas, que al final no hago mas que un par de ellas...
Y es que me encantan los deportes, y con los Juegos Olímpicos me engancho a la televisión y después con una llamada de atención hacia mí misma la apago para hacer algo mas activo, algo que no me tenga enganchada a la caja negra.
Ahora estoy estudiando una zarzuela, tengo función a finales de Septiembre, también estoy estudiando un obra de Turina en el piano y preparando mas por gusto que por compromiso dos arias de ópera que desde hace tiempo tenía ganas de cantar pero por falta de tiempo libre no había podido, de las óperas: Carmen y Rusalka.
Pero en algún momento me siento en el sofá de Abel y en silencio comienzo a observar a mi alrededor... es una emoción muy extraña porque al mismo tiempo que veo todo tan vacío de él, al mismo tiempo siento que todos los espacios, cada rincón, cada habitación está impregnada de su energía...
Soy fanática de las fotos familiares, así que tengo de mis tíos, primos, hermanos e infinidad de nosotros dos juntos... éramos tan felices; había una compenetración tan especial que a veces tenía temor de que esa felicidad fuera sólo una visión, una ilusión, un espejismo...
Pero no, nunca fue "eso"; aún no logro aceptar que fui digna compañera de Abel, siento muy dentro de mi corazón que él estaba espiritualmente muy por encima de todo ser terrenal, y no sólo lo he sentido yo, sino muchas personas que me lo han dicho en la mas absoluta intimidad. Y no me he molestado; al contrario, sé perfectamente que Abel es un ser superior y que lo mandaron a esta tierra a terminar su aprendizaje para ascender tal vez un único peldaño que le faltaba.
En mi hogar se siente su presencia, no quiero decir que ande por aquí como un fantasma... no... sino que su amor está por todo el aire, lo que dejó en casa al principio fue dolor, pero ahora siento que es mucho mas que eso: ha dejado un amor infinito que trasciende el dolor mas intenso y profundo; por eso me gusta el libro de "El camino de las lágrimas" de Jorge Bucay, porque cita ideas que yo las tenía en la cabeza, pero que con mi limitada inteligencia y elocuencia no sabia cómo expresar:

"(...) porque el dolor a veces, es cierto, acompaña al que sufre, ocupando el mismo lugar que antes habitaba la persona. No importa qué lugar ni cuánto lugar ocupaba el desaparecido en tu vida, el dolor siempre está listo para llenar todos esos espacios. Y es necesario entender que, si bien esta sensación de estar acompañado por el dolor no es agradable, por lo menos no es tan amenazante como parecer ser el vacío.

Por lo menos el dolor ocupa el espacio. El dolor llena los huecos. El dolor evita el agujero del alma.

¿Qué pasaría si no estuviera el dolor para llenar esos huecos?.

Una parte del proceso de aceptación y elaboración consiste en la ardua tarea de descubrir y dejar vivir adentro mío las cosas que otro dejó.

Dejar nacer y durar en nuestro interior algo del que ya no está. Este mecanismo, anteúltima etapa del duelo sano, no necesita de la muerte del otro para operar en nuestro beneficio. Trabaja sobre la ausencia del que de alguna manera, muerto o no, ya no está. Sea porque su enfermedad lo cambió tanto que ya no es el que era, sea porque el simple paso del tiempo haga que ya no pueda estar de la manera en que estaba. Puede ser que esté aquí físicamente, a nuestro lado, tiene su misma cara, el mismo nombre y número de documento, pero no la misma expresión(...)Pero sí puedo darme cuenta de lo que dejó en mí, está dentro. Y cuando puedo llegar aquí, entonces, aun dolorosamente, puedo recuperar la alegría de su presencia viva. Porque esta vigencia se significa en poder mantener viva su figura en mí"...

miércoles, 13 de agosto de 2008

LAS VACACIONES

La mayoría de mis amigos y amigas de Sabadell, Sant Quirze y Barcelona están de vacaciones; yo las hice antes, a mediados de Junio marché a México, a retomar fuerzas, a respirar ese aire (aunque un poco contaminado, pero al fin y al cabo, el aire de mi tierra)y a comer esa deliciosa comida de mamá y de la cocina mexicana.
Ahora ya estoy de vuelta, me siento un tanto solitaria; también mis amigos de blogs han "tancat per vacances" y al no tener clases siento que las horas pasan mas lentas.
Entonces me pongo a leer aquellos libros que tengo un poco abandonados en época de clases y temporadas de zarzuelas; ahora estoy leyendo "El camino de las lágrimas" de Jorge Bucay, también "La canción del atardecer"; una hermosa historia hindú. Pero también retomo los que a Abel tanto le gustaban y los que -entre otras cosas- me mantienen ligada a él.
Abel y yo solíamos salir a pasear mucho, a caminar por las zonas verdes y naturales y sentir el aroma de los árboles, de las plantas y de las flores; sentir la paz del ambiente y la serenidad de nuestro espíritu; el bosque de Can Deu era uno de nuestros sitios favoritos; ahí pasamos largas horas charlando, él practicando yoga (foto) y yo, por supuesto, una de mis aficiones: haciéndole fotos.
En este bosque es en donde descansa una parte de las cenizas de Abel... así lo quiso él... cuando estaba en proceso de recuperación nunca tocamos el tema de qué pasaría si alguno de los dos marchaba; él se concentraba en su recuperación... tal vez realmente le daba temor hablar sobre ello... de cualquier forma, un día yo le dije qué me gustaría que hiciera con mi cuerpo si marchaba antes que él: "Quiero que me incineren, quiero que una parte se quede aquí, en esta tierra que me acogió como una hija, y también porque quiero que me vayas a poner flores y me tengas cerca. La otra parte quiero que la traslades a México, donde pasamos momentos inolvidables; así de alguna manera, también estaré cerca de mi familia".
A Abel le pareció muy buena idea, así que me pidió que si partía él antes que yo pasara lo mismo; así que él decidió que la mitad que se quedaba aquí la depositara yo en el Bosc de Can Deu, porque era un sitio que visitaba desde pequeño y donde pasó muchos momentos de reflexión y acercamiento con Dios, la otra mitad, decidió que la lanzara en el mar de Cancún, donde pasamos nuestra luna de miel. Tomó esta decisión porque se enamoró de México, porque se enamoró de mi familia y ya la consideraba como parte de la suya y quería que también una parte de él estuviera allá, con "los míos".
De una u otra forma al final de esta vida estaríamos juntos y prometimos no cambiar de opinión pasara lo que pasara y porque al momento de morir nuestros restos formarían parte de la naturaleza.
Así lo hice, desgraciadamente tuve yo que hacerlo con sus cenizas y no al revés, y ahora sólo espero que en el momento de mi partida, los que quedan aquí, respeten este deseo y me dejen regresar en esta forma física, al lado de mi amado esposo, de la otra forma, espero que con mis obras aquí Dios me permita acercarme a él.
"En los antiguos Vedas se dice que la parte de nosotros que no cree en la muerte nunca muere y esta simple definición del ama no es nada mala, porque describe detalladamente la creencia secreta de cada uno de que la muerte puede ser real para algunos pero no para nosotros. Los psicólogos están impacientes con este sentimiento de inmortalidad personal; dicen que lo utilizamos para defendernos contra el hecho inevitable de que un día moriremos. Pero ¿qué sucedería si fuera verdad lo contrario? ¿Qué sucedería si sentirnos inmortales y mas allá de la muerte fuera nuestro factor mas real?.
Para demostrar este punto de una u otra fomra, necesitamos hechos, del mismo modo que los necesitamos para hablar de Dios, porque el alma es tan misteriosa como Dios y apenas tenemos unos cuantos hechos fidedignos sobre él.(...) El alma no siente o se mueve, no viaja con nosotros mientras nos movemos por la vida, ni sufre el nacimiento, la decadencia y la muerte.
Esto no es mas que una forma de decir que el alma queda aparte de la experiencia ordinaria, y como no tiene forma, no es posible tener una imagen mental del alma.
En lugar de ello, el alma es realmente un punto de unión entre el tiempo y lo intemporal y se orienta en las dos direcciones. Cuando yo me siento a mí mismo en el mundo no estoy sintiendo mi alma, aunque está en un lugar cercano y no hay duda alguna de que notamos su presencia, siquiera vagamente. Pero sería un error pensar que el alma y la persona son la misma cosa. (...) todas las cualidades y las memorias no tienen nada que ver con el alma. Las cualidades mueren con la persona, pero el alma no. Por lo tanto el alma es como un portador de la esencia, pero ¿cómo es esta esencia?.
Si no puedo experimentar el alma como una emoción, y si todo lo que sé sobre mí mismo desde mi nacimiento está separado de mi alma, ésta no debe ser una cosa material.
En otras palabras, el alma empieza a nivel cuántico, lo cual tiene sentido porque el nivel cuántico es también nuestro portal hacia Dios. Pasar por esta puerta no es algo que podamos elegir: la participación es obligatoria(...)
(del libro "Conocer a Dios" de Deepak Chopra)
Me gusta la idea del "portal hacia Dios"; supongo que en ese sitio está el alma de Abel, que obviamente ya no se reconoce como tal, sino como un conjunto de energía o como si ahora fuera millones y millones de puntitos invisibles en el universo.

domingo, 10 de agosto de 2008

Nuestro Aniversario


Sigo mirando hacia arriba...

sábado, 9 de agosto de 2008

Caminar contigo

Camino con dolor... y tu presencia
Camino con desánimo... y tu sonrisa
Camino con pesadumbre... y tu luz
Camino con melancolía... y tu recuerdo.
En cada paso que doy:
No quiero sentir dolor, pués tú estás a mi lado.
No quiero desanimarme, pues tu sonrisa me contagia
No quiero sentirme apesadumbrada, pues tu luz me ilumina
No quiero estar melancólica, pues tu recuerdo vive en mí.
Así pues:
Vivir a tu lado, me alegra
Contagiarme de tu sonrisa, me anima
Iluminarme con tu luz, me aligera
Y el recuerdo de tu vida, me hace sentir
lo bello que es existir.

domingo, 3 de agosto de 2008

AFRONTAR LA MUERTE (19 MESES)

Desde que Abel enfermó, he estado, como decimos en México "al pie del cañón"; he permanecido a su lado, apoyándolo y motivándolo para seguir adelante a pesar de las vicisitudes; creo que no hacía mucha falta, porque él tenía mucha Fuerza Espiritual y estaba haciendo su proceso de una manera silenciosa.
En casa, cuando podía salir del hospital, obviamente no salía mucho, así que pasaba muchas horas estudiando su enfermedad y también leyendo acerca de todos los temas relacionados con el crecimiento espiritual.
Seguía practicando Yoga, sólo que algunas asanas no las realizaba por la imposición del catéter Hickman... en algunas ocasiones se enfadaba porque no podía ser libre del todo, pero creo que era una parte que estaba puliendo, porque después de un rato, me sonreía y me decía "bueno, qué le voy a hacer, si es mi compañero, verdad?"... Siempre valiente, nunca he visto una persona tan valiente...
A pesar de su situación, una vez que se realizaba una analítica de manera privada para ver cómo estaba de niveles generales, decidía que nos íbamos a ir a descansar y a pasear; a pesar de querer disuadirlo, era imposible, quería desvincularse del ambiente y yo creo, que sobre todo quería Vivir todo lo que tenía ganas de Vivir.
Así, en el verano de 2005 nos fuimos a Valencia, y en el 2006 nos fuimos a Toledo.
En Diciembre de 2005 me insistía que quería marchar a México porque quería pasar las fiestas allá, pero lo convencí de que era riesgoso moverse de su hospital, ¿qué hacía yo si allá recaía?... ahora dudo si hice bien en mantenerlo aquí, queriendo él marchar...
Afrontar la muerte de un ser querido siempre es muy duro, sobre todo porque, en nuestro caso, Abel era muy joven, lleno de alegría y de ilusiones; porque hacíamos planes y un hijo estaba contemplado dentro de ellos; ahora ya no hago planes a largo plazo, sencillamente voy viviendo la vida lo mejor posible que puedo, porque no sé cuando será mi último sueño...
Hay momentos que queremos marchar con esa persona amada, no encontramos razón para vivir, nos sentimos abandonados, traicionados por un Ser Superior, pero poco a poco, al menos yo, he comprendido y aceptado (hasta hace muy poco) que cada ser tiene su plan de vida y éste, aunque parezca corto, todo depende de lo que tengamos en nuestro corazón; y a mí me dice que el Alma de Abel era tan prístina que no hacía falta mucho tiempo... qué bueno que pude compartir estos años con él, y lo mas importante, todo lo que pude aprender de él y que fue feliz compartiendo su camino conmigo.
He aquí un fragmento de un libro que me ha ayudado mucho; a veces palabras duras, pero me parece que con mucha sabiduría y que llevan a un poco de tranquilidad espiritual:
"(...) No es necesario estar enfermo para morir; nuestro cuerpo puede estropearse de repente y dejar de funcionar, igual que un automóvil. Un día podemos encontrarnos perfectamente bien y al siguiente caer enfermos y morir. Milarepa cantaba:
Cuando estás vigoroso y sano
no piensas en la llegada de la enfermedad,
pero ésta cae con fuerza repentina
como la descarga de un rayo.
Cuando estás absorto en cosas mundanas
no piensas en la venida de la muerte;
rápida llega como un relámpago
que estalla sobre tu cabeza.
Hemos de darnos una sacudida de vez en cuando y preguntarnos seriamente: ¿y si muriera esta noche? Entonces, ¿qué?.
No sabemos si mañana despertaremos, ni dónde. Si después de espirar el aire no podemos volver a inspirar, nos morimos. Así de sencillo. Dice un proverbio tibetano. "Mañana o la próxima vida; nunca se sabe qué llegará primero".
(...) Algunos maestros intentan alertarnos de la fragilidad de la vida por medio de imágenes aún mas crudas: le aconsejan que se considere como un preso que da el último paseo desde su celda, como un pez que se debate en la red, como un animal que guarda su turno para ser sacrificado en el matadero.
Otros proponen a sus alumnos que se imaginen vívidamente la escena de su propia muerte, dentro de una contemplación serena y estructurada: las sensaciones, el dolor, el pánico, la desvalidez, el pesar de las personas amadas, el darse cuenta de lo que han hecho o dejado de hacer en sus vidas.
El cuerpo tendido sobre su último lecho,
las voces que susurran las últimas palabras,
la mente que ve pasar su último recuerdo:
¿cuándo te llegará ese momento? (...)".
(De "El libro Tibetano de la vida y de la muerte" Sogyal Rimpoché)
El deseo mas grande que he tenido en toda mi vida es que, efectivamente, justo en el último instante de conciencia de Abel, haya pensado en estas cuatro líneas.