Pido un instante de indulgencia para sentarme a Tu lado.
Las obras que tengo entre manos
las terminaré después.
Lejos de la vista de Tu rostro
mi corazón no conoce descanso ni respiro,
y mi obra se torna una carga interminable
en un mar infinito de esfuerzo.
Hoy ha acudido a mi ventana el estío
con sus suspiros y murmullos;
y las abejas emiten su canto
a su cortejo en el bosquecillo florido.
Es hora de sentarse en silencio
cara a cara Contigo,
y de cantar la entrega de la vida
en este ocio callado y rebosante.
de Rabindranath Tagore
Las obras que tengo entre manos
las terminaré después.
Lejos de la vista de Tu rostro
mi corazón no conoce descanso ni respiro,
y mi obra se torna una carga interminable
en un mar infinito de esfuerzo.
Hoy ha acudido a mi ventana el estío
con sus suspiros y murmullos;
y las abejas emiten su canto
a su cortejo en el bosquecillo florido.
Es hora de sentarse en silencio
cara a cara Contigo,
y de cantar la entrega de la vida
en este ocio callado y rebosante.
de Rabindranath Tagore