Me angustia mucho dar respuesta a la carta que me enviaste y en la que me pides consejo para suavizar tus preocupaciones.
Bien sabes que para mí la solución a nuestros problemas está dentro de uno mismo, ahí es donde reside la fortaleza y donde el Altísimo, que se encuentra en el cielo, en la tierra y en todo lugar, se hace presente para apoyarnos; ahí esta la verdad al desnudo de cada quien; en ese yo interno que gobierna el cerebro y modula el corazón se libran las mas grandes batallas del ser humano y se toman las decisiones personales que nos llevan por la vida.
No todo el mundo tiene conciencia de esto, pero así es. Ojalá que tú llegues un día -si es que no lo has hecho- a convencerte de que algo así debe sucederte para estar bien.
Ese yo interno es el espíritu, que se encuentra animado por la energía de nuestro cuerpo material, y que en otra dimensión cuando nos vamos de esta vida, se asocia con otros espíritus y se ubica en el nivel de superación que le corresponde, según la bondad o maldad del trabajo realizado y que desde muy arriba se le ha encomendado.
En la cúspide de la estructura espiritual que yo he imaginado se encuentra Dios, y si me preguntas por la Virgen María y por Jesús, ahí están inmediatamente después de formar la triada divina que no sólo aparece en el cristianismo, sino también en otras religiones, claro está, con otros nombres.
Tu cerebro, tu corazón y todo tu cuerpo material en el cual está encarnado tu espíritu necesitan estar fuertes a base de una buena alimentación, higiene y cuidados especiales requeridos por cada uno de los órganos y sistemas que forman tu compleja y delicada estructura anatómica.
En cuanto a tu espíritu, que por naturaleza se encuentra mas cerca de Dios, sólo podrá cumplir bien con la tarea encomendada si tu organismo está bien; no tiene sentido maltratar el cuerpo, sabiendo que animado por el alma, es la morada del espíritu en esta vida.
Recuerda que para cumplir con el don que Dios te dio, con esa bella tarea que se te ha encomendado, es muy importante que cuides tu vida y tu cuerpo, y si para ello requieres ayuda espiritual: "pide ayuda y se te dará".
Tu tata.
Estoy en ello, papito, estoy en ello.