lunes, 3 de enero de 2011

Te voy a contar... (48 meses)

Amadísimo Abel:
Hoy que es el cuarto aniversario de tu cambio, te voy a contar unas cuantas historias que te gustaban cuando andabas haciendo travesuras por esta mundana dimensión:
"Dios convocó a cuatro almas prontas a reencarnar y se dirigió a ellas para preguntarles:
-Y bien, amigas, ¿qué deseáis para vuestra pronta existencia terrenal?.
Una de las almas se apresuró a decir:
-Quiero nacer en una familia muy rica y poder así disponer toda mi vida de una enorme fortuna y darme toda clase de placeres.
Otra de las almas solicitó:
-Deseo tener la posibilidad de viajar constantemente, conocer los lugares más hermosos de la tierra, sus gentes y sus costumbres.
La tercera alma declaró:
-Señor, quiero ser una persona muy poderosa. Anhelo ser reconocida por todo el mundo; quiero ser famosa e influyente y, si, tener mucho, mucho poder.
Pero quedaba un alma que todavía no se había pronunciado. Se hizo un silencio cósmico, sin tiempo, indefinido. Finalmente, ésta dijo:
-Señor, no quiero nada en especial. Ni deseo ser rica ni viajar constantemente ni tener fama e influencias; nada de eso quiero.
Las otras tres almas, extrañadas y maliciosamente sonrientes, se miraron entre sí.
-Sólo quiero, Señor, que me des una mente que pueda disfrutar de lo poco o mucho que tenga; o sea, una mente en paz y contento; sólo eso quiero. Una mente que sea amiga".

Ya sabrás que es uno de los cuentos espirituales de Oriente; este libro te gustaba mucho y de hecho, a todos los que lo hemos leído nos ha gustado, entre esas personas se encuentra tu suegra, quien cada noche en sus estancias aquí se leía bastantes cuentos... no podía parar de leer como tú y yo.
Pero también hay un pasaje de la Biblia que me gustó mucho uno de estos días de trabajo, y lo busqué y lo resumiré porque creo que nos ayuda bastante en esta evolución del duelo:
(...) las almas de los justos están en manos de Dios, y ningún tormento los alcanzará.
Los necios piensan que los justos están muertos, su final les parece una desgracia, y su salida de entre nosotros, un desastre; pero ellos están en paz.
(...) el justo, aunque muera prematuramente, gozará de reposo.
Una vejez honorable no consiste en larga vida, ni se mide por el número de años.
La verdadera ancianidad para el hombre es la prudencia, una vida intachable es la auténtica vejez.
Agradó a Dios y fue amado por él, y como vivía entre pecadores, Dios se lo llevó. Fué arrebatado para que la maldad no trastornara su inteligencia, ni la falsedad extraviara su alma.
(...) LLegó a la perfección en poco tiempo, llenó el espacio de una larga vida.
Su vida fue agradable al Señor que se dio prisa para sacarlo de un ambiente corrompido. La gente lo ve, pero no lo comprende; y es que no les cabe esto en la cabeza, que los elegidos del Señor encuentran gracia y misericordia. (del libro de la Sabiduría).
Te he contado dos historias de dos libros muy diferentes, y sin embago,(a mi corto entendimiento) parece que ambas historias te describen claramente, la primera en la cuarta alma (obviamente) y el segundo durante toda la lectura.
Te voy a contar otro fragmento de un libro que te gustaba en exceso: El maestro Jesús (según Parvathi Kumar):
(...) del mismo modo pues, existe la Ley de la Vida, la Ley de la Naturaleza y la Ley del Tiempo. Siempre y cuando el hombre siga estas Leyes evolucionará y se convertirá en una unidad de conocimiento puro.
Los instructores enseñan, ayudan a los estudiantes a aprender ese conocimiento y a los instructores que enseñan la Ley Divina se les llama la Jerarquía y viven eternamente. Nosotros también podemos vivir eternamente si seguimos el sendero del Yoga. Existe un sendero óctuple del Yoga que si uno lo sigue nos permitirá darnos cuenta, comprender y experimentar que somos inmortales y que tenemos cuerpos de luz. Que tenemos un cuerpo de luz dorada y otro cuerpo de luz de diamante y tenemos también los cuerpos terrenales. Lo que perdemos son los cuerpos terrenales pero no el cuerpo de luz. Siempre y cuando estemos todavía en este cuerpo terrenal y seamos capaces de construir el cuerpo de luz. (...) ha habido muchos seres humanos que han construido ese cuerpo de luz siguiendo el sendero del Yoga y por tanto conocen la historia del planeta, la historia de las razas y conocen también la Ley del Universo.(...) El ser humano es esencialmente divino y ha de saber pues que lo es.
(...) Una vez se ha desarollado el gusto por el discipulado el hombre está caminando ya por el sendero de la inmortalidad. Así es como vienen de tanto en tanto los Grandes Seres para inspirar a grupos de seres humanos e incluso a razas enteras de seres humanos y Jesucristo vino hace 2000 años para realizar un trabajo tan noble como ése como un instructor del conocimiento puro.
Y demostró que el ser humano puede ser hijo de Dios. Cuando la gente le decía: "Tú eres hijo de Dios", él les decía "vosotros también lo sois". En verdad: TODOS SOMOS HIJOS DE DIOS.
Algunos lo saben, otros no lo saben. Por eso aquellos que lo saben vienen para recordarles a los otros su identidad original.
(...) porque el sendero del Yoga es seguido, observado en su totalidad, todo buscador de la Verdad que ve la limitación de la vida material intenta buscar la Verdad y según sea la sinceridad en esa búsqueda de la Verdad el ser humano crece poco a poco en sabiduría y se convierte a sí mismo transformándose en un ser de luz.
Para terminar te voy a contar otro cuento que me gustó porque parece que tiene que ver con nosotros:
"El amor existente entre el dios Krishna y su amante Radha es inquebrantable e inmenso. Un día Radha estaba paseando plácidamente por los campos y se encontró con varias pastoras. Las saludó y les dijo:
-Queridas amigas, es curioso, pero hoy veo a Krishna por todas partes.
Las pastoras respondieron:
-Radha, has aplicado el colirio del amor a tus ojos y por eso ves a tu amado por doquier".
Aprendo de ti Abel, así que me propondré ponerme cada día el colirio del Amor Universal para vivir en paz conmigo misma y con el mundo entero.
Estoy un poco triste, pero me inundo de ti y con eso dibujo una sonrisa.