He dejado pasar algunos días para poder tranquilizar mi corazón; he tenido una nueva experiencia y desgraciadamente no ha sido muy positiva y el recuento de ella ha sido muy dolorosa... creo que es de las pocas veces que escribo líneas tan sentidas; pero creo que también es necesario para mí sacar lo sucio que llevo dentro... es una manera de hacer limpieza y como se dice: "a fondo".
Si me permiten, no me dirigiré a ustedes como generalmente lo hago, esta vez, este post va dirigido a mi amado Abel, con quien hablo cada día, pero en esta ocasión tomé lápiz y papel porque parece ser que cuando lo escribo hago una especie de terapia... de hecho Abel siempre me recomendaba escribir cuando me surgía un problema o cuando me sentía feliz o cuando me sentía abatida...
"Mi amado Abel:
Nuevamente la rabia y el desasosiego me invadió. Yo sé que no te agrada verme en esta situación, pero como buen ser humano que soy, tengo debilidades (muchas mas que otras personas) y hoy me he sentido abatida, llena de rabia y creo que hasta de odio...
¿Recuerdas a Ana? la doctora que intentó ayudarnos por todos los medios para que te trasladaran al Hospital Clínic? pues después de todo este tiempo me la encontré en la escuela; sabía que tarde o temprano sucedería, pero no pensé que me doliera tanto... en un instante regresé a aquellos días de lucha contínua, de preocupaciones, de angustias y de llantos controlados.
Ya el sólo encuentro me dio un vuelco al corazón, y para rematar me dijo que lo sentía muchísimo; que ella hizo todo lo posible por ayudarte, pero que los médicos estaban reacios al conocer tu historial, que ya sabían "del caso del rebelde de la planta 7 de Vall d'Hebrón", que al tener una lista larguísima de pacientes, ellos apoyaban mas a los pacientes que "iban a por todas"... ¡Dios!¡¿ quiénes son ellos para decidir a quien le brindan la oportunidad de luchar por seguir viviendo?!... ¡¿cómo podían saber que tú no ibas a por todas?!...
Nuevamente me llené de rabia al pensar que no hicieron todo lo posible por salvarte... estos pensamientos los tuve desde el principio... la manera de tratarte, de verte como un número y una línea en la estadística... así lo sentíamos tú y yo desde que entramos en el Hospital y cada vez estoy mas de acuerdo con el Doctor Siegel...
Creo que el único con humanidad fue el Dr. Zuazu, con quien estrechaste lazos y tuviste confianza y reconocimiento; no sólo como profesional, sino también como persona.
¡Dios! esa impotencia llegó a mí nuevamente de golpe, ese dolor ardiente que quemaba mi corazón en esos días al ver que te veían como un bicho raro y no respetaban tu filosofía de vida... según su parecer, equivocado o no, era tu vida y tú eras el que sufría todo y ellos fríamente te trataban como si fueras un "caso raro en un millón" como te dijo Callís: "de tu tipo de leucemia en todos mis años de especialista he tenido otro caso solamente..."
No obstante, a pesar de toda esta desconfianza que les tengo a los alópatas sigo pensando que hice todo lo que estuvo en mis manos respetando siempre tu voluntad, aún echándome encima a los de "bata blanca" como les decías.
Lamentablemente nuestras experiencias con ellos no han sido muy agradables... sigo recordando (aunque quisiera no hacerlo) también la manera en cómo trataron a mi papito y cómo, dentro de este mundo, aún hay ángeles terrenales como el Dr. Pirrón, quien lo trató de la manera mas humana y cariñosa que podía existir en la relación médico-paciente.
Recuerdo la forma de cómo el Dr. Zuazu se sentaba en tu cama y platicaba contigo hasta el momento de salirme de la habitación... después me platicabas acerca de lo que habían hablado y hasta reído... siempre fue muy dulce; tal vez eso fue lo que mas agradeciste de ese médico.
Ahora no sé qué reacción tendría si me encontrara a "la bruja de Narnya" (ya sabes a quién me refiero); ella también te trató muy duramente... tal vez no le diría nada porque no suelo ofender, pero en mi corazón todavía existe una profunda rabia hacia ella que quisiera canalizar porque no sirve para nada tener este tipo de resentimientos.
Vagamente recuerdo que fue a verme cuando acababas de marchar, pero supongo que estaba yo en shock porque lo único que recuerdo es que hasta en esos momentos me echó en cara idioteces como la que fue a buscarme antes y no estaba, sin saber que lo que estaba haciendo era arreglar toda tu documentación... tengo duda de qué le dije; pero lo que si recuerdo es que Callís no se apareció.
Hermoso Abel, todavía tengo muchas emociones pendientes con respecto a otras personas; sin embargo, tengo cierta paz y serenidad porque a pesar de todo y de muchas personas y agentes externos, tú y yo sabíamos que éramos valientes para afrontar esa maldita enfermedad. Sólo tú y yo sabemos lo que vivimos juntos, así que lo que me resta decirte en esta ocasión es que espero que estés orgulloso de la mujer que estuvo contigo estos años; yo si estoy muy orgullosa de ti, sigo estándolo porque eres grande, porque eres omnipresente, porque siento cómo me tomas de la mano muy fuerte para seguir adelante aunque vaya sola".
Semi ni mostazogta Abel!
Hoy he sacado el veneno... ya no duele tanto... la cicatriz seguirá ahí... esa no desaprece, pero creo que poco a poco la herida ya no sangrará y sólo me conformo con ir limpiando mi corazón de estos sentimientos tan negativos que en lugar de sumar, restan energía pura a mi roto espíritu.
Creo que también es bueno de tanto en tanto desfogar las emociones porque sino, sería un olla a presión y todo se desbordaría... poco a poco... como siempre me decía Abel: "aunque amanezca el día nublado, siempre sale el sol".