miércoles, 3 de enero de 2018

11 años sin ti y contigo


..."durante su estancia en la tierra fue un gran maestro para todos los que pudieron conocerle (...) en él encontré muchas respuestas que estaba buscando, no sé de qué manera me envolvió toda esta magia de amor espiritual que va más allá de lo carnal y terrenal.
Abel era una persona de carne y hueso, no obstante, su paso por la vida fue muy espiritual; siempre estuvo abierto a escuchar, consolar, ayudar, aprender, cometer errores para crecer como persona, siempre con el afán de aprender, servir, de ser él mismo aunque lo tacharan de "el raro".
Dudó...es natural en la vida, pero llegó a amarse y aceptarse con todas sus limitaciones y sus aciertos, a ser ecuánime ante la adversidad y amar intensamente cada momento que vivía en soledad y acompañado de una servidora.

Trabajó el silencio, la meditación; cada vez estaba más en armonía consigo mismo, ésa era su filosofía, porque de esa manera estaría en armonía con la ley de vida que le habían conferido
Por eso estoy aquí, para decirle yo también un "hasta luego", despedirme de él como hacen los amigos, como hacen los que se aman.
Aprendí a amarlo, por su pureza y su don de servir a la humanidad.
Ahora desde otro plano, con otra forma pero el mismo fondo continuará ayudando a quien lo necesite.
Por eso le doy las gracias, porque también gracias a él me conozco un poco más, a saber encontrar dentro de mí esa luz que nos hace más hermosos y pacíficos.
Es una de esas personas que basta estar con ellas unos minutos para poder inspirarse desarrollando ternura y amor a la vida durante la existencia.

(...) quiero que la enseñanza de Abel continúe más allá del tiempo y creo firmemente que así será mientras nuestros corazones se mantengan limpios y así nuestra participación en el mundo podría ser mejor, porque somos parte esencial de él.
(...) intento seguir las enseñanzas de Abel, con el alma fragmentada en millones de fragmentos pero uniéndolos uno a uno muy lentamente con el amor del recuerdo y poniendo en práctica su enseñanza.
Así creo que en nuestro transcurso por esta vida podemos ir descubriendo el secreto de la flor dorada.

Capítulo final del libro "el secreto de la flor dorada que redacté en el año 2008, a diez años de su finalización y a once del traspaso de nuestro querido Abel, os comparto estas letras.
Cómo cada día vives en mí ángel guardián de mi existencia.