domingo, 20 de abril de 2008

UN 20 DE ABRIL DE 1968

Hoy sería el 40 Aniversario de Matrimonio de mis papás: Amado y Mary Carmen.
Será un día difícil; hace casi 7 años que papá marchó físicamente y su partida sigue siendo un tanto dolorosa.
Pero con la evolución de nuestras vidas, hemos llegado a acercarnos un poco a la verdad absoluta de lo que significa Vivir y que dentro de esa magia también está el hecho de Morir físicamente, ya que, espiritualmente, aquellas personas que han marcado un antes y un después en nuestra vida permanecerán muy cerca de nosotros hasta que nos reunamos todos.
Mamá: quisiera regalarte unas palabras que fueron escritas por papá, algunas ya las conoces, pero aquellas que fueron escritas un 20 de Abril de 1999 no sé si las has leído alguna vez:
"Hoy corté muchas rosas de mi jardín para tu mamá, de muchos colores: blancas, rosas, amarillas y salmones en recuerdo de los treinta y un años de matrimonio que tenemos"...
Sencillas, pero llenas de la esencia de lo que era mi papá... Y otras mas:
"(...)Cuando llegué a Puebla, en el inicio de los avatares políticos de los sesentas, sus mujeres me parecieron diferentes, eran de faz pálida, de ojos huraños, caminaban con elegancia y solemnidad escondiendo en sus atuendos severos, las rojas pasiones de su alma(...)Conforme recorría las calles y conocía los patios centrales de los edificios coloniales, después de trasponer los elegantes zaguanes barrocos de madera o hierro forjado, yo buscaba compañía para abatir la soledad que me causaba el ambiente de la ciudad y la turbación que me producía el exagerado devenir del ambiente estudiantil.
Fue entonces cuando encontré tras un balcón de flores herrumbradas a una "poblana de ojos grandes", con la mirada que enamora, con el misticismo en su interior pero con la sensualidad que arrebata a flor de piel, y sentí por ella lo que antes no adiviné y que nunca volveré a sentir, esa felicidad inexplicable que yuxtapone lo espiritual a lo carnal; eso que llaman placer los hedonistas, eso que llaman amor los poetas. Su nombre correspondía a la abogada de los navegantes, de los errabundos que como yo buscamos un puerto donde echar el ancla: Carmen, la protagonista que inmortalizó Bizet en la ópera del pueblo, la mujer poblana que con su inmenso amor ha iluminado siempre el camino de sus hijos. Si bien no he sabido nunca a quién fue la primera mujer que amé con ese corazón infantil, si sé quien es la que por entero entregué mi amor y a la que debo la inmensa dicha de conocer lo que es una familia(...)" (del libro "Fulgencio del sol" de Amado Rivera Sierra con recopilación de Andrés de Rivera).
¡Feliz Aniversario, porque como siempre digo: Aunque en otra forma, él siempre estará acompañándote en el camino!