En la Casa Nortes-Rivera, Noviembre significaba no solamente castañas, panellets, moniatos y moscatel, sino también Chiles en Nogada; un platillo típico mexicano que se prepara especialmente en Agosto y se preguntarán por qué nosotros lo preparábamos en estas fechas tan cercanas al frío... la razón muy sencilla: porque es cuando me encuentro castañas para hacer la salsa que allá se hace con nueces de castilla (que aunque tengan este nombre, no las encontramos aquí). Fue la mejor y mas cercana manera de mantener una tradición, que además de ser rica me mantiene ligada -por decirlo así- al sabor de mi tierra.
A Abel le gustaba mucho ayudarme a prepararlos, aunque después él no comía porque dentro de su elaboración está el coser fruta variada y a él nunca le gustó la fruta en ese estado... recuerdo que en el hospital no le podían dar comida cruda, así que le ponían manzanas al horno y siempre acababa comiéndomela yo para no tirarla y él pedía algún otro tipo de postre.
Así que, invitábamos a alguien para degustar nuestro logro, principalmente en estos dos primeros días de un mes que especialmente no me gusta.
Y hoy, el Otoño ha llegado verdaderamente; algunos días con lluvia y un frío que congela; no sólo el cuerpo, sino también el alma al recordar, aunque haga el esfuerzo de no hacerlo, de recuerdos tristes.
El Otoño tiene eso... la luz del sol nos acompaña pocas horas, igual que la permanencia de la ecuanimidad en mi vida.
Intento por todos los medios encontrar la razón para estar alegre, para sentir que la vida sin la presencia física de Abel sigue valiendo la pena, pero hay veces que la cuesta arriba tiene mucha pendiente y -tanto las piernas como el corazón- no tienen la suficiente fuerza para recorrer el sendero.
Estos días son mas tristes, especialmente porque "celebramos" El Día de Muertos, he puesto mi altar como siempre lo hemos hecho en mi casa de México, intentando cumplir con los ritos y las costumbres, sin tamales porque es muy difícil hacerlos aquí, sin hojaldras, sin calaveritas de azúcar, pero si con muchas flores y velas y agua y las fotos de los seres amados que han marchado antes; he puesto a la "yaya" Rosario (abuelita de Abel), a mi papá, a mi Abue Jose y... ¡¡¡nunca me hubiera imaginado que Abel también fuera protagonista!!!....
La primera vez que coloqué la foto de mi papá fue duro, muy duro; pero el primer Noviembre que puse la foto de Abel, la cazuelita con sus dulces y galletas preferidas, algunas pertenencias mas estimadas y todo cubierto de flores... el dolor fue asfixiante... una experiencia que sigue quemando por dentro, no de la misma manera que la primera vez, pero sigue quemando y mucho...
Contemplar las fotos de ellos dos me hace sentir que por algo han marchado pronto... "pronto"... para los que nos quedamos aquí siempre es demasiado Pronto y tampoco nunca es el momento... sin embargo, mis sentimientos son muy encontrados; pero el sentimiento de abandono todavía está latente; algunas veces agazapado, esperando un momento de sensibilidad extrema para abatirme.
Estos sentimientos son muy personales e íntimos, pero esta es una de las mejores maneras que encuentro para no sentirme rendida, abatida por aquellas emociones descontroladas.
Siento rabia todavía, impotencia, ese preguntar de: por qué Abel se fue si tenía muchas ganas de vivir, si era feliz, si profesionalmente estaba en un momento de plenitud, porque creo yo que espiritualmente había encontrado una Paz y Serenidad de Alma Grande y sentimentalmente... ¡qué decir!... teníamos una comunicación que iba mas allá de las palabras y una complicidad de dos locos enamorados...
Seguramente soy repetitiva, pero es algo que es muy mío: las emociones van y vienen, todavía tengo mucho dolor y sensación de impotencia; la aceptación la visualizo, pero todavía no logro hacerla mía del todo...
Comienzo a ordenar ideas, encontrar un punto de equilibrio entre los recuerdos y la vida que voy fabricando días tras día; sólo que hay temporadas que son mas difíciles que otras.
Vivir día a día es recordar a Abel; es tener actividades que tienen todo que ver con él y que ahora toca hacerlas sola y como decimos en México "amarrarme los calzones" y seguir adelante mordiéndome muchas veces los labios con el nudo en la garganta para no romper en llanto; y algunas otras que están relacionadas con mi desarrollo profesional y en las cuales no encuentro sus palabras de aliento; y aún así las hago de la mejor manera posible para vivir dignamente; se lo merecen las personas con las que convivo.
Si, son días difíciles, pero pienso que tengo derecho y es sano tener días así, también es bueno desfogarme, no guardar el dolor porque sólo crecerá como una enfermedad maldita, como aquella que arrebató a Abel de este mundo terrenal y de mi lado.
Estoy intentando seguir -como me decía Abel- "por el camino de menor resistencia"; canalizar el dolor y todo lo negativo hacia la fuerza y luz interior que me haga mejor persona y ser humano.
Mi gran amigo Natxo, en un comentario en el post anterior me dice que yo también soy una Alma Pura... lo dudo mucho; porque analizo la vida de Abel como punto de referencia y estoy lejísimos de serlo: porque Abel siempre veía con optimismo la vida, incluso cuando le diagnosticaron Leucemia; porque Abel siempre veía las virtudes de las personas; porque Abel nunca se desanimó ante las adversidades; porque nunca lo escuché hablar mal de nadie; porque Abel pensaba antes de hablar, el silencio y la contemplación eran sus mayores aficiones.
Una larga lista me hace sentir que me falta mucho por aprender, pero pongo toda mi Fuerza Espiritual para seguir el mejor camino; sólo que no es tan fácil cuando se tienen demasiadas imperfecciones.
Desde que Abel y yo nos conocimos supimos que nos encontramos para aprender uno del otro... yo creo que yo mas que él...
De momento, me quedo con el sabor agridulce de la ausencia; porque aunque no pueda estar físicamente con él, si estamos unidos por los hilos invisibles del amor, de esos que son fuertes, irrompibles e indestructibles.
Abel, amor mío, soy débil, pero tu Amor me está haciendo fuerte!