domingo, 19 de abril de 2009

Fe, cuestión de creer

La palabra Fe proviene del latín FIDES, que significa Creer. Fe es aceptar la palabra de otro, entendiéndola y confiando que es honesto y por lo tanto que su palabra es veraz.
El motivo básico de toda fe es la autoridad ( el derecho de ser creído) de aquel a quien se cree. Este reconocimiento de autoridad ocurre cuando se acepta que el o ella tiene conocimiento sobre lo que dice y posee integridad de manera que no engaña.
La Fe es una virtud, junto con la esperanza y la caridad , según la Teología Cristiana.

En los Evangelios creer es conocer bien, amar y seguir de verdad a Jesús de Nazaret.

Creer es tener la certeza de que “algo” es verdadero aunque no se vea, ni se toque, ni se huela.
Recuerdo que esta pregunta nos la hizo nuestro catequista, el Padre Rafael, y después de escuchar algunas respuestas el nos dijo: Creer es amar.
“Les voy a hacer otra pregunta: tú Carmelita, ¿podrías describirme qué es el Amor?... a lo que nos quedamos pensando... él nos volvió a decir: “no podemos describirlo, pero si podemos sentirlo a través de nuestros padres, de nuestros hermanos, de nuestros abuelitos... el que no lo podamos ver no quiere decir que no exista... está ahí, y mediante acciones es que lo podemos dar y recibir”.
Por eso, intento corregir el hábito de contestar “creo que si” a manera de duda cuando no estoy segura de algo.
Así pues, creer y tener fe van indudablemente unidas.
Para mi, el creer y tener fe son el amor mismo, pero no el amor como una emoción, sino como un sentimiento profundo que va mas allá de nuestro nacer, es la esencia de la vida y la muerte misma.
Tal vez también podría caer en el consuelo de que creer en algo me ayuda a sentirme mejor, por ejemplo, ante la pérdida física de Abel.
Es decir, yo creo firmemente que la partida física de Abel ha sido sólo eso. Me siento reconfortada en creer que Abel no sólo es materia; sino que la esencia de Abel - aunque ahora no sea Abel propiamente dicho- está pululando por nuestro plano, auxiliándonos para evolucionar.
Nadie me lo ha enseñado, no es nada material, pero es lo que puedo sentir a través de todo cuanto me rodea: los almendros llenos de flores, el sol que comienza a salir tímidamente en un día de Primavera, en las ganas que tengo de seguir viviendo con la mayor alegría posible, en amar a pesar de todo a mi prójimo, en tener Ecuanimidad ante las situaciones adversas.
Nadie me puede decir que estoy equivocada, porque es cuestión de fe... cuestión de creer...
A veces pienso que ciertas cosas me van pasando porque son señales de Abel, no lo puedo comprobar, pero es una manera de sentirme aliviada ante el dolor de la pérdida que todavía está latente en mi vida cotidiana. Creo que se dio el milagro con Abel... que mejorar su vida no era la continuidad de ésta en el plano terrenal, sino que la evolución de su alma había llegado al aprendizaje mundano y que debía seguir en otro plano... ¿Quién me puede decir que eso es mentira?... nadie... ¿quién me puede decir que eso es verdad?... nadie... sin embargo, esta es la Fe que nos ayuda a las personas que hemos perdido a alguien extraordinario.
Abel (en vida) y yo fuimos de la mano evolucionando paulatinamente en algunos detalles de nuestra vida, y ahora lo seguimos haciendo sólo que en planos diferentes... a mí me falta mucho por aprender... sigo en el camino de conocer y crecer; y el hecho de estar sola físicamente no es un impedimento para sentir el amor de Abel.
Porque el Amor ni se ve ni se toca, pero si se siente y cuando siento paz en mi corazón, cuando siento la serenidad para encarar situaciones con paciencia y amor, él está presente.

Un gran amigo me dijo hace poco que “debes saber que, tú eres la principal responsable de tu fortaleza, de tu gran espiritualidad; aunque sientas que Abel está contigo, si tú no estuvieras preparada, no tendrías esta evolución, por mucha ayuda espiritual externa que quieras tener”...es muy cierto... Abel siempre me decía al regresar de sus clases “yo sólo siembro la semilla, pero es necesario que la tierra sea buena para recoger los frutos”...
Cada día me maravillo mas de lo inmensurable que puede ser el Amor...
Ayer hablando con mi mamá retomamos el hecho de la gran fortuna que tuve de que el camino de Abel y el mío se cruzaran... Creo que el plan previsto para nosotros era conocernos, enamorarnos, sentirnos uno parte del otro, experimentar tantas situaciones lindas y alegres y padecer la Leucemia juntos.
Mi mami siempre me está recordando que él también fue afortunado en conocerme... creo que yo lo fui mas, pero reconozco que echando la vista atrás en ocasiones me impresiono de lo fuerte que fui durante la enfermedad de Abel; a veces me pongo a pensar en cómo, acabándome de sacar el carnet de conducir y llevando la pena en el alma no me estampé contra un muro de contención en la autopista, cómo pude tener la cabeza en su sitio para continuar trabajando en la escuela y mantener el equilibrio emocional (ya que siendo profesora de Música de niños se me mueven muchas fibras sensibles), cómo mantuve la ecuanimidad durante un año y medio... cuestión de Fe...

Nuestra Fe estaba basada en los hechos, en la vida misma, en lo que segundo a segundo íbamos viviendo y experimentando; nadie nos podía decir con certeza que el cuerpo de Abel triunfaría ante la Leucemia, al contrario y sin embargo, nunca nos abatimos, nunca tiramos la toalla, nunca renegamos, siempre buscamos soluciones... cuestión de Fe...
Tenía fe en que lo que estaba viviendo Abel era una situación para ambos crecer, para aprender mas sobre a vida y la muerte; porque a pesar de todo él seguiría viviendo porque tenía mucho que ofrecer al mundo... porque el milagro en el que yo creía era que siguiera viviendo; para mi no era una “prueba”, no... era un medio para evolucionar; porque muchas veces me han dicho “Dios envía las pruebas a quien puede soportarlas”... francamente estaba (y sigo estando) cansada de esta frase... pienso que no... en esos momentos creía que la enfermedad de Abel era una especie de limpieza de su cuerpo porque su alma era tan y tan grande que el cuerpo le quedaba pequeño y sucio... el milagro se realizó... sólo que según lo planeado y no según lo que yo quería...
Abel siempre nos estaba hablando sobre el “No Apego” y ¡qué lección Abel!... ¡fuiste el primero en dar ejemplo!...

Al final, siento que su alma ya no estaba a gusto con ese cuerpo maltrecho por tanta porquería que le hicieron y metieron, era demasiado denso para ella... en su espíritu estaba todo en orden y era momento de seguir por otro rumbo...creo que así fue... ¿cuestión de fe?... tal vez, pero a eso me aferro porque es lo que me deja un poco tranquila ante las preguntas que me dan vueltas en la cabeza. Voy encontrando cierta paz en mi espíritu... son frases repetitivas, pero ahora me las digo una y mil veces para convencerme de que así es y creer de una vez por todas que Abel sólo marchó físicamente y que sigue con nosotros de un modo mas sutil, pero mas profundo.

sábado, 18 de abril de 2009

"El espíritu" (según Leonard Boff)

"Para entender lo que es espíritu debemos superar la comprensión clásica y la moderna y valorizar la contemporánea.
La clásica dice: el espíritu es un principio sustancial, al lado de otro principio material, el cuerpo. Espíritu sería la parte inmortal, inteligente, con capacidad de trascendencia. Convive un determinado tiempo con la otra parte, mortal, opaca y pesada. La muerte separa una parte de la otra, con destinos diferentes: el espíritu para el más allá, la eternidad, y el cuerpo para el más acá, el polvo cósmico. Esta visión es dualista y no explica la experiencia de unidad que vivimos. Somos un todo complejo y no la suma de partes.
La concepción moderna dice: el espíritu no es una sustancia, sino el modo de ser propio del ser humano, cuya esencia es la libertad. Seguramente somos seres de libertad porque plasmamos la vida y el mundo, pero el espíritu no es exclusivo del ser humano ni puede ser desconectado del proceso evolutivo. Pertenece al cuadro cosmológico. Es la expresión más alta de la vida, sustentada a su vez por el resto del universo.
La concepción contemporánea, fruto de la nueva cosmología, dice: el espíritu posee la misma antigüedad que el universo. Antes de estar en nosotros está en el cosmos. Espíritu es la capacidad de inter-relación que todas las cosas guardan entre sí. Forma urdimbres relacionales cada vez más complejas, generando unidades siempre más altas. Cuando los dos primeros topquarks* comenzaron a relacionarse y a formar un campo relacional, allí estaba naciendo el espíritu. El universo está lleno de espíritu porque es reactivo, panrelacional y auto-organizativo. En cierto grado, todos los seres participan del espíritu. La diferencia entre el espíritu de la montaña y el del ser humano no es de principio sino de grado. El principio funciona en ambos, pero de forma diferente.
La singularidad del espíritu humano es ser reflexivo y autoconsciente. Por el espíritu nos sentimos insertados en el Todo a partir de una parte que es el cuerpo animado y, por eso, portador de la mente. En el nivel reflejo, espíritu significa subjetividad que se abre al otro, se comunica y así se autotrasciende, gestando una comunión abierta, hasta con la suprema Alteridad.
Definiendo: vida consciente, abierta al Todo, libre, creativa, marcada por la amorosidad y el cuidado, eso es concretamente el espíritu humano.
Si espíritu es relación y vida, su opuesto no es materia y cuerpo, sino muerte y ausencia de relación. Pertenece también al espíritu el deseo de encapsularse y rechazar la comunicación con el otro. Pero nunca lo consigue totalmente porque vivir es forzosamente con-vivir. Aun negándose, no puede dejar de estar conectado y de conectarse.
Esta comprensión nos hace conscientes del vínculo que liga y religa todas las cosas. Todo está envuelto en el inmenso proceso complejísimo de la evolución, atravesado en todas las etapas por el espíritu que emerge, cada vez, bajo formas diferentes, inconsciente en unas y consciente en otras.
En esta acepción, espiritualidad es toda actitud y actividad que favorece la relación, la vida, la comunión, la subjetividad y la trascendencia rumbo a horizontes cada vez más abiertos. Al final, espiritualidad no es pensar en Dios sino sentir a Dios como el Vínculo que pasa a través de todos los seres, interconectándolos y constituyéndonos, a nosotros y al cosmos."
(*)El quark cima o Quark Top en inglés, es una partícula elemental que pertenece a la tercera generación de quarks. Tiene una carga eléctrica igual a +⅔ de la carga elemental y un spin de ½, con lo cual es un fermión y cumple el principio de exclusión de Pauli. Como los demás quarks los quarks cima sienten la interacción fuerte y tienen carga de color, así mismo el antiquark cima tiene carga de anticolor.
Es el más masivo de los quarks, tan masivo como los
núcleos de oro. Debido a su inmensa masa, para ser una partícula elemental, es una partícula muy inestable, que decae en menos de un yoctosegundo, con lo que no tiene ni tiempo para formar hadrones con otros quarks (éste proceso se llama hadronización). Los científicos esperan gracias a éste hecho el poder observar y medir las propiedades de un quark aislado.

viernes, 3 de abril de 2009

Carta sentida (27 meses)

He dejado pasar algunos días para poder tranquilizar mi corazón; he tenido una nueva experiencia y desgraciadamente no ha sido muy positiva y el recuento de ella ha sido muy dolorosa... creo que es de las pocas veces que escribo líneas tan sentidas; pero creo que también es necesario para mí sacar lo sucio que llevo dentro... es una manera de hacer limpieza y como se dice: "a fondo".
Si me permiten, no me dirigiré a ustedes como generalmente lo hago, esta vez, este post va dirigido a mi amado Abel, con quien hablo cada día, pero en esta ocasión tomé lápiz y papel porque parece ser que cuando lo escribo hago una especie de terapia... de hecho Abel siempre me recomendaba escribir cuando me surgía un problema o cuando me sentía feliz o cuando me sentía abatida...
"Mi amado Abel:
Nuevamente la rabia y el desasosiego me invadió. Yo sé que no te agrada verme en esta situación, pero como buen ser humano que soy, tengo debilidades (muchas mas que otras personas) y hoy me he sentido abatida, llena de rabia y creo que hasta de odio...
¿Recuerdas a Ana? la doctora que intentó ayudarnos por todos los medios para que te trasladaran al Hospital Clínic? pues después de todo este tiempo me la encontré en la escuela; sabía que tarde o temprano sucedería, pero no pensé que me doliera tanto... en un instante regresé a aquellos días de lucha contínua, de preocupaciones, de angustias y de llantos controlados.
Ya el sólo encuentro me dio un vuelco al corazón, y para rematar me dijo que lo sentía muchísimo; que ella hizo todo lo posible por ayudarte, pero que los médicos estaban reacios al conocer tu historial, que ya sabían "del caso del rebelde de la planta 7 de Vall d'Hebrón", que al tener una lista larguísima de pacientes, ellos apoyaban mas a los pacientes que "iban a por todas"... ¡Dios!¡¿ quiénes son ellos para decidir a quien le brindan la oportunidad de luchar por seguir viviendo?!... ¡¿cómo podían saber que tú no ibas a por todas?!...
Nuevamente me llené de rabia al pensar que no hicieron todo lo posible por salvarte... estos pensamientos los tuve desde el principio... la manera de tratarte, de verte como un número y una línea en la estadística... así lo sentíamos tú y yo desde que entramos en el Hospital y cada vez estoy mas de acuerdo con el Doctor Siegel...
Creo que el único con humanidad fue el Dr. Zuazu, con quien estrechaste lazos y tuviste confianza y reconocimiento; no sólo como profesional, sino también como persona.
¡Dios! esa impotencia llegó a mí nuevamente de golpe, ese dolor ardiente que quemaba mi corazón en esos días al ver que te veían como un bicho raro y no respetaban tu filosofía de vida... según su parecer, equivocado o no, era tu vida y tú eras el que sufría todo y ellos fríamente te trataban como si fueras un "caso raro en un millón" como te dijo Callís: "de tu tipo de leucemia en todos mis años de especialista he tenido otro caso solamente..."
No obstante, a pesar de toda esta desconfianza que les tengo a los alópatas sigo pensando que hice todo lo que estuvo en mis manos respetando siempre tu voluntad, aún echándome encima a los de "bata blanca" como les decías.
Lamentablemente nuestras experiencias con ellos no han sido muy agradables... sigo recordando (aunque quisiera no hacerlo) también la manera en cómo trataron a mi papito y cómo, dentro de este mundo, aún hay ángeles terrenales como el Dr. Pirrón, quien lo trató de la manera mas humana y cariñosa que podía existir en la relación médico-paciente.
Recuerdo la forma de cómo el Dr. Zuazu se sentaba en tu cama y platicaba contigo hasta el momento de salirme de la habitación... después me platicabas acerca de lo que habían hablado y hasta reído... siempre fue muy dulce; tal vez eso fue lo que mas agradeciste de ese médico.
Ahora no sé qué reacción tendría si me encontrara a "la bruja de Narnya" (ya sabes a quién me refiero); ella también te trató muy duramente... tal vez no le diría nada porque no suelo ofender, pero en mi corazón todavía existe una profunda rabia hacia ella que quisiera canalizar porque no sirve para nada tener este tipo de resentimientos.
Vagamente recuerdo que fue a verme cuando acababas de marchar, pero supongo que estaba yo en shock porque lo único que recuerdo es que hasta en esos momentos me echó en cara idioteces como la que fue a buscarme antes y no estaba, sin saber que lo que estaba haciendo era arreglar toda tu documentación... tengo duda de qué le dije; pero lo que si recuerdo es que Callís no se apareció.
Hermoso Abel, todavía tengo muchas emociones pendientes con respecto a otras personas; sin embargo, tengo cierta paz y serenidad porque a pesar de todo y de muchas personas y agentes externos, tú y yo sabíamos que éramos valientes para afrontar esa maldita enfermedad. Sólo tú y yo sabemos lo que vivimos juntos, así que lo que me resta decirte en esta ocasión es que espero que estés orgulloso de la mujer que estuvo contigo estos años; yo si estoy muy orgullosa de ti, sigo estándolo porque eres grande, porque eres omnipresente, porque siento cómo me tomas de la mano muy fuerte para seguir adelante aunque vaya sola".
Semi ni mostazogta Abel!

Hoy he sacado el veneno... ya no duele tanto... la cicatriz seguirá ahí... esa no desaprece, pero creo que poco a poco la herida ya no sangrará y sólo me conformo con ir limpiando mi corazón de estos sentimientos tan negativos que en lugar de sumar, restan energía pura a mi roto espíritu.

Creo que también es bueno de tanto en tanto desfogar las emociones porque sino, sería un olla a presión y todo se desbordaría... poco a poco... como siempre me decía Abel: "aunque amanezca el día nublado, siempre sale el sol".