He estado echando un vistazo a tantos recuerdos, que el nudo en la garganta es inevitable.
Sin embargo, a pesar de la tristeza, impotencia, añoranza y sentimientos mil que me hacen a veces llorar a mares; siempre hay una luz de esperanza; esa Luz que convertida en amor o tal vez viceversa, me hace vivir el día a día.
He vuelto a leer los e-mails que me enviaste cuando me fui a México porque mi papacito cambió de forma en aquel horroroso Verano del 2001.
Recuerdo como si hubiera sido ayer todas las sensaciones que viví y aún pasados los años, duelen... y aún duelen mucho.
Con todo y el dolor de la pérdida inexplicable, siempre encuentro aquella Luz... es el amor...
Aquí quiero compartir con todas las personas que siguen tu blog un escrito que especialmente me llenó de alegría dentro de la vorágine de dolor que vivía en esa temporada.
"Los dos sentimos desde el principio el embriagador aroma del Amor que nos une, pero nuestra falta de tiempo por nuestras obligaciones siempre ha impedido que podamos profundizar en el interior de cada uno de nosotros.
Los seres humanos lo hacemos todo al revés, ya que nosotros intentamos encuadrar al Amor dentro de la estructura del pensamiento y de la razón, pero como buenos humanos necesitamos desarrollar la razón para profundizar en el conocimiento del aprendizaje de cada uno.
Una vez que el pensamiento ha penetrado totalmente en la estructura del conocimiento de la otra persona y ha llegado a su propio límite, es cuando comienza la verdadera relación; ya que a partir de ese momento, la comunicación verbal es casi inexistente, debido a su trivialidad y uno se queda únicamente disfrutando del aroma que desprende ese Amor.
Nosotros sentimos ya el perfume del Amor, pero debemos racionalizarlo antes de comprobar que eso tiene sus propios límites y entonces el aroma que antes eran dos, se convierte en uno solo.
Amor, deseo que me acompañes en el camino y que mediante la guía de ambos, podamos aprender todo lo que seamos capaces el uno del otro para llegar a ese momento en que la necesidad de hablar sea tan pueril que únicamente la utilicemos cuando lo creamos conveniente; ya que el aroma de esa cualidad lo abarca todo.
Estoy dispuesto a profundizar en ti, para de ese modo profundizar en mí y así recorrer el interminable camino del aprendizaje de uno mismo.
Perdona mi ignorancia, doy por hecho que a partir de ahora mi discernimiento y no mis emociones me lleven por el sendero de la cordura y me enseñe lo real de la existencia, principalmente, en relación con lo que mas quiero que eres tú".
Cariño mío, sigue conmigo, no me abandones!!.