domingo, 6 de noviembre de 2016

Ser mamá y llevar a Abel en el corazón

Ser mamá...
Con nuestro ángel Abel hablábamos de ello... ser padres... nos llevó un tiempo de reflexión hasta que por fin la prueba salió positiva.
Ocho semanas que vivimos con ilusión infinita. Abel no se lo creía; estaba pletórico, aunque con cierto temor y curiosidad por ser padre... no pudo ser... a los dos meses la ilusión desapareció, se esfumó como si alguien hubiera soplado en nuestras vidas... era marzo y en mayo lo diagnosticaron con Leucemia aguda bifenotípica y después de un año y medio... soledad...
Ni hijo, ni el amor de mi vida... pero bien dicen que "lo que no te mata te hace más fuerte" y aún con el corazón fracturado aquí sigo.
Y después de diez años de la ilusión perdida e intentos infructurosos llegaste tú, hijo mío...Matteo, nombre elegido por Abel; si hubieras sido niña te llamarías Matylda, pero Dios me mandó un hermoso niño para recordarme que pese a todo, los milagros existen.
Hoy (29 de octubre) cumples un año con 39 semanas y 6 días.
Si, así lo cuento yo, aunque para facilitarlo a los demás, hoy cumples un añito.
No puedo decir que he pasado muchas noches en vela, porque desde que naciste has dormido impresionantemente bien.
Y gracias a Dios gozas de buena salud.
...Anque nunca se está preparada para ser madre creo que llegaste en el momento para recibirte con el corazón limpio y las ideas claras.
Parece trillado, pero eres mi rayo de sol matinal; oírte cantar, verte tocar el piano, contemplar tu mirada y escuchar tus carcajadas me hacen sentir viva y que ha valido la pena pasar por todo para tenerte.
Te doy las gracias hijo por ser mi mejor maestro, por enseñarmeque ante un día agotador siempre hay fuerza para disfrutar de tus juegos. Que a pesar de la tristeza hay millones de motivos en tus pupilas brillantes para sonreír desde las entrañas.
Hay que ver la vida con ojos de Matteo, siempre con curiosidad y cautela y lanzarse con o sin arnés; a dormir plácidamente a pierna suelta sin el menor cuidado de girar y acabar con la cabeza enganchada en la piecera.
Inclusive me estás enseñando a cantar, porque cuandolo hago mal, con tu escasa edad te tapas los oídos.
¡Gracias enorme maestro!
Hoy cumples un año y quiero aprovechar para decirte que siempre tengas presente que te amaré aquí y allá.
Y no nos confundamos, he aprendido que la vida es buena, que mi vida estaba bien, he tenido otros grandes maestros que me han hecho abrir los ojos, pero contigo es EXCEPCIONAL.


Te amo con toda mi fuerza, amado Matteo y sólo deseo que con trabajo y esfuerzo seas un ser humano de bien.

Que seas sensible y solidario.
Valiente y reflexivo.
Alegre y respetuoso.
Dedicado y sociable.
Simpático y digno.
Amable y con autoestima.
Dicharachero y silencioso.
Ser humano y buen cristiano.

Recuerda y guarda en tu corazoncito que Jesús y la  dulce madre María están a tu lado.

En tus brazos soy más fuerte, con tus besos soy más feliz, con tu nuevo caminar descubro más caminos...

Gracias por amarme, gracias por protegerme, por cuidar mis sueños, por ser mi mejor maestro en esta tierra.
¡ te amo hijo de mis entrañas !

sábado, 28 de mayo de 2016

"La oportunidad de vivir"

Hay grandes maestros en la vida de cada uno de nosotros, maestros que se reconocen fácilmente, otros que están un poquito más ocultos y otros que sencillamente no se ven, pero todos, absolutamente todos están.
Mi mente a veces está confusa y busca una serenidad en el exterior que obviamente no encuentra porque no depende de lo que me rodea esta serenidad, sino que yo sea capaz de encontarla en mi interior.
Estos días han sido especialmente emotivos,: recordando el regreso a La casa de las estrellas de mi alumno David, el diagnóstico de Abel, el clima que me trae a la memoria tantos y tantos recuerdos, olores que al cerrar los ojos me transportan a mi casa en Puebla, los preparativos mismos de un viaje que este año es muy especial...
Y también la noticia punzante de la enfermedad de una persona muy joven, de un niño, de una criatura de tan sólo 15 años que ahora tiene que luchar contra el "lyme"; enfermedad de las llamadas "raras" y que además se esconde bajo síntomas extremos de cuerpo y mente.
Desde que sus padres me diero  la noticia estuve informándome... lo que podamos imaginar no es ni una milésima parte de lo que está padeciendo esta criatura y su familia.
Afortunadamente tiene cura, pero es un camino largo, tortuoso y caro.
Y es cuando veo que la vida es un regalo precioso.
A veces me canso de escuchar a gente decir "la vida es una mierda"...
Y tengo seres de luz que me enseñan en vida que no, que con todo y sus malas jugadas, "la vida es bella".
Y me aferro a este -casi mantra- para seguir y encontrar desde lo más profundo de mi ser esta belleza.
Ahora, en contemplación a este regalo de Dios, que es mi hijo, estoy fuerte, pero también más sensible; encontrar el equilibrio es lo que hay que hacer.
Lo primero es respirar, como decía Abel, quien no respira se muere...
¿Cuántas veces somos conscientes de que andamos por el camino con la respiración contenida?.
Ya versa el poema de Santa Teresa de Calcuta: "la vida es una oportunidad, aprovéchala".
Pues eso, hay que disfrutar de lo bueno, para que cuando llegue lo malo estemos fuertes para resistirlo.

martes, 9 de febrero de 2016

Las heridas del corazón

Dicen que  las heridas del corazón sólo se pueden coser con las agujas del tiempo, no es muy cierto del todo, tenemos algunas heridas que si, pero hay otras que no cien por cien.
Las pérdidas físicas, es decir, aunque nos duela la palabra: la "muerte" de seres amados no se cura nunca, como muchas veces lo he dicho por ahí: se aprende a vivir con ello con la ausencia, con el dolor...
Así van pasando los días que se convierten en semanas y éstas en meses y hemos llegado a ocho años sin tu forma física.
Ahora vivimos de diferente manera ésa ausencia y sin embargo te sentimos más vivo que nunca.
Tu enseñanza está en cada experiencia, nos enriqueces de una manera muy especial, tanto que quiero compartir con los que nos leen una vivencia muy emocionante que tuve en diciembre.
Fui a comprar el pescado a una tienda departamental y una de las pescaderas me miraba con insistencia, pensé que simplemente era amabilidad por su parte esperando atenderme; cuando escogí el género que me iba a llevar se me acercó me sonrió, le di los buenos días y le noté los ojos vidriosos; entonces me dijo: " tú eres la esposa de Abel". Sentí como un escalofrío me salía por el pecho y como iba invadiendo todo mi cuerpo hasta llegar también a mis ojos.
Comenzamos una conversación muy hermosa en torno a tu recuerdo, pero fue algo muy sensible porque hablábamos de tu huella, que era amor puro. Ella hablaba de ti llena de amor, y cómo eres una inspiración en su vida, a tal grado que se está sacando la titulación de instructora de yoga y ya está en el último curso. Me dijo que ya no regresó al centro donde iba contigo porque era demasiado doloroso, que tenía muchos recuerdos de cómo le pedías que te ayudara a que ella hiciera las asanas porque tú ya no podías (llevabas ya implantado el catéter). Era una de tus alumnas aventajadas y eso me lo dijo con mucha alegría.
Me surgió la pregunta de cómo me reconoció y me volvió a temblar todo el cuerpo; sencillo tú les enseñabas mi foto y hablabas de mí y de mi profesión. "Abel te amaba inmesurablemente, te admiraba, yo diría que te idolatraba"... comencé a llorar.... ella siguió llorando... el resto de clientes, las otras pescaderas...se nos olvidó el mundo, ahí sólo estábamos ella, yo y tu amor, es decir: tú.
Creo que eso es o una de las maravillas de la vida: dejar huella....dejar amor puro y puro amor.
Nos despedimos con un abrazo de corazón a corazón con la promesa de vernos nuevamente... amores que dejaste, amores que te aman, Abel.

Un día me escribiste: "cuando te contemplo puedo escuchar entre silencio y silencio y te conviertes en el perfume de mi vida. El amor que florece entre ambos encierra bondad, ternura, admiración y comunión total.
No existe el tiempo, ni tú ni yo, es un ambiente de festividad en todo el cosmos".

Amado Abel, seguimos en el camino, ahora con el regalo que me enviaste, con este trocito de cielo que me hace ver que Dios existe.