sábado, 23 de mayo de 2009

Una amiga, una madre



Querido Abel,
Ha pasado el día de la madre aquí en México... una vez más lo he pasado sin ustedes... no me quejo porque Mauri está conmigo, pero siempre se extraña a los seres que forman parte de uno.
Tú fuiste mi hijo más pequeño y creo que hasta el último día de mi vida, te extrañaré y pensaré en ti como en un ser maravilloso; claro como el agua de un lago, tan limpio como una tarde después de que cae la lluvia.
Yo se que desde donde estás también te acordaste de mí en el día de las madres... ¡gracias! ...sólo recibí de ti cariño y atenciones.
Tengo muchas cosas por las cuales darle gracias a la vida, pero el haberte conocido ha sido uno de los momentos más bellos de mi vida, al recordarte es como recordar un concierto de Andrés o la primera vez que vi a Carmelita, tu esposa, en una zarzuela o cuando vi tocar a Mauri el piano, son momentos que llenan mi vida y estarán presentes en mí hasta el día que también parta de este lugar, en el cual viví momentos maravillosos y también tristes; la muerte de mis padres, de mi querido Amado y la tuya, pero se que algún día los veré a todos ustedes si es que Dios me permite acercarme a El.
Pronto te escribiré nuevamente querido Abel.
Hasta pronto
Mary Carmen