Querido Hijo Abel:
Hoy quisiera empezar esta nota con un sincero deseo de poder comunicarme contigo Abel.
Hace mucho tiempo que no te escribía nada, por muchas razones, no quiero poner pretextos de por medio, pero la preocupación reinaba en mi pensamiento, esa preocupación constante por el embarazo de Mauri, siempre pidiéndote a ti y a Amadito que protegieran este bebé que estábamos esperando, ustedes dos que tenían un alma tan limpia y transparente que seguramente estarían junto al Padre y por esa enorme razón , serían los intercesores míos ante Él, para proteger la llegada de ese bebé; pero ahora por fin está con nosotros!.
Pero pienso que la misión de ustedes no ha concluido y que así como siempre he creído que todos tenemos un guía espiritual, ustedes serán los guías de este bebé, quién por cierto se llama Mauricio Abel, ¿que te parece?.
También quiero decirte que este 3 de Enero pasado pensé mucho en ti, aunque todos los días lo hago; este día especialmente lo dediqué a ti, recordando nuestras charlas, lo que te gustaba comer, los helados que comíamos allá por el centro de Sabadell...curiosamente he visto en el canal español reportajes de algunas de las ciudades que visitamos los tres Carmelita, tú y yo. Vi la hermosura de Toledo, Valencia, Córdoba y pensaba...aparte de agradecerle a la vida el haberte conocido, también les agradezco a Carmelita y a ti todos los paseos que me regalaron, porque ahora de todos esos paseos tengo los mejores recuerdos para que permanezcas junto a mi corazón y en mi pensamiento, todos los dias de mi vida diré
!GRACIAS ABEL!
Con amor para ti, tu suegra
sábado, 21 de enero de 2012
Nueva tarea
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