Mi querido Abel:
Comienzan las fechas duras, las que a veces quisiera que no existieran... o que me invadiera una especie de locura y pasaran por mi vida sin dejar huella.
Para estas fechas ya deberíamos ser inmensamente felices por la llegada de aquellos ángeles... ya ves... nada... por estas fechas estaríamos celebrando tu autotrasplante y las fiestas, comiendo turrones y mantecados que tanto te gustaban y me gustan... pensando en si las fiestas las pasamos en México o en España... otra vez... nada...
Y por momentos flaqueo y siento que las fuerzas se me van, que el dolor es mas fuerte que mi propia voluntad y las ganas de encontrar la felicidad -sino absoluta la cual no existe- , si por lo menos cierta tranquilidad y alegría ante el mundo.
Los nuevos proyectos se resumen en un solo: vivir con el mayor optimismo posible de que cada día algo de mi vida se va poniendo en su sitio. Como me decías tú: "hay que dejar vacío para volver a llenar y cuando se llene, volver a vaciar y así sucesivamente"... Cuánta razón tenías...
Pero hay veces que me siento muy vacía y no encuentro lo suficiente con qué llenar... desde que te fuiste cierto es que me encuentro muy vacía, pero ahora es diferente...el proceso de mi duelo sigue y tal vez estoy llegando a la parte donde -según J.Bucay dice-: "Aunque la tristeza puede generar una crisis, permite luego que uno vuelva a estar completo, que suceda el cambio, que la vida continúe en todo su esplendor.
La mas importante diferencia entre uno y otro es que el dolor siempre tiene un final, en cambio el sufrimiento podría no terminar nunca".
Lo mas seguro es que esté de acuerdo con él. El pensar y sentir tu ausencia me creaba sufrimiento y ahora es diferente, te sigo echando de menos, pero creo que ahora ya comienzo a dar por sentado que nunca volverás y que por mas que llore y me enfade y de patadas en el suelo no vas a volver... cosa que antes -supongo- creía que sucedería.
Volver a amar... es difícil, ni lo niego ni lo espero, pero siento que ya no tengo ese terror atroz de tener ese sentimiento y sentir que me olvidaré de ti, porque eso es imposible; tú estás en mí, nos volvimos uno solo, y aunque suene cursi, siento que es así, te metiste tanto en mi ser que ahora vives en mí y en cada uno de los que te amamos desde que te conocimos.
Creo que hacer el duelo también es aprender a vivir sin algo, sin alguien, de otra forma... en eso estoy.
Como nuevamente dice J.Bucay: "es aprender a tomar nuevas decisiones por vos mismo, aprender a desempeñar tareas que antes hacía otro, aprender nuevas formas de relación con la familia y los amigos, aprender a vivir con algo menos. A veces este aprendizaje no incluye a otros, el duelo es aprender a vivir sin esa capacidad que he perdido. La experiencia es muchas veces un maestro muy cruel. Empieza tu vida de "nuevo". No otra vez."
No sé cuánto he aprendido en estos 47 meses ya sin ti.... 47 meses... parece que fue ayer... pero lo que si sé es que sigo aquí en el camino y que quiero vivir los años que me queden de vida con alegría porque eso es lo que siempre me han enseñado los que me aman... Pase lo que pase, sigue viviendo porque "la vida te va en ello"... buena conclusión.
1 comentario:
Siempre con alegría Carmen, en la mdida de lo posible, tenemos nuestro derecho a caernos a tropezar a querer caernos incluso pero tb tenemos que levantarnos, secarnos las lágrimas, haer un guiño a nuestra estrella y decirle, joer no te enfades yo tb tengo mis momentos de bajón pero ya pasó, como hago yo con mi hermano Manuel...jejeje a veces pienso en lo que estará haciendo él cuando yo le hablo así tan naturalmente, supongo que le guste....ejejejej
Siempre te lo digo y te lo vuelvo a repetir, me encanta leerte Carmen
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