Cada vez que regreso de México una gran nostalgia me invade por completo, es como si volviera a comenzar de nuevo una nueva etapa y entonces es cuando recuerdo la enseñanza de Abel.
Las personas que no tuvieron la suerte de conocer personalmente a Abel no pueden imaginarse la calidad de ser espiritual que era.
Muchas veces yo me llegaba a preguntar si verdaderamente era digna de Aquel Ser, porque con el primer contacto de su espiritualidad no sabía si la había comprendido del todo... no sabía si podía acompañarlo en ese camino de introspección, si realmente era la compañera idónea para su crecimiento personal. Pero siempre acababa pensando y sobre todo sintiendo que, aunque me faltaba mucho por aprender, ese también era mi camino.
Ahora que regresé del hogar de mi infancia estuve nuevamente ordenando cajones, armarios, libreros y encontré tesoros que me hacen vibrar nuevamente y que, al mismo tiempo de provocarme cierta tristeza, paradójicamente me han provocado también cierta alegría por el gran regalo que me dio la vida o Dios o los seres supremos -como digo yo- de haber podido convivir con una persona como Abel.
Encontré entre otras cosas: cabellos que guardé la primera vez que decidió en el Hospital que lo raparan porque ya comenzaba a caérsele el cabello a puñados; recuerdo ese día como si hubiera sido ayer: mientras el peluquero oficial del Hospital, un señor refunfuñón que con el delicado contacto con Abel comenzó a reírse y platicar con él fue dejando su cráneo desnudo, yo observé la mirada de Abel y -a temor de equivocarme- pude vislumbrar cierta melancolía porque es algo verdaderamente traumático, para el que lo ve y sobre todo para el que lo vive... Pues bien, como iba diciendo, ese día no dejé que cierto mechón tocara el suelo y lo guardé en una cajita especial, donde también guardé alguna parte de mi corazón.
Abel no estuvo muy de acuerdo... yo iba entendiendo poco a poco su enseñanza.
Cuando me daba libros a leer para después hacer entre los dos nuestros propios comentarios, la mayoría hablaban sobre el Apego, y poco iba entendiendo de lo que Abel quería que aprendiera yo: me hablaba sobre el "ON y OFF" de la vida y yo al principio no le entendía... creo que ahora si... también me hablaba de "Morir cada día al día anterior para ver el siguiente con ojos nuevos"... y otra frase favorita: "debemos aprender a ver todo con los ojos de un niño, siempre maravillándonos de todo como si fuera la primera vez".
Creo entender poco a poco su filosofía de vida... sólo que es muy difícil llevarla a cabo... porque... cómo no mantener en mi memoria esos momentos hermosos que vivíamos, cómo querer olvidar ese perfume que sigue saliendo de su armario cuando lo abro para sacar algún sweter... (lo abro muy seguido)... Cómo ir viviendo sin esa risa en mis oídos y esa sonrisa en mis recuerdos cuando cierro los ojos... Cómo no sentir una ráfaga de electricidad cuando tomo sus libros y al abrirlos sale el aroma de su incienso favorito (suelo hundir la nariz entre los textos)... Si Abel ha sido lo mas hermoso que me ha sucedido en la vida!!!!... No quiero quedarme estancada, pero tampoco quiero olvidar...
Estaba lleno de amor, de comprensión, de compasión, de optimismo, de alegría... creo que impregnó mi vida de aires muy etéricos y me enseñó en vida que lo mas hermoso es nuestra casa interna.
Creo que llegamos a un buen equilibrio... todos los espacios de nuestro hogar son testigos de nuestro buen entendimiento en todos los sentidos... él puso un poco los pies en la tierra y yo me convertí en un ser mas silencioso, ya que solía ser un torbellino de emociones desbordadas.
No me cansaré de repetir que gracias a los siete años y medio exactos que viví con él pude entender de una vez por todas que hay lazos de amor muy fuertes, tan fuertes que ni la mas fuerte ráfaga de viento de dolor puede romper; a Abel y a mí nos separaron físicamente, pero seguimos unidos, mas unidos que nunca y de la manera mas fuerte e insondable que pueda existir: la fuerza del Amor.
3 comentarios:
Estimada Carme, lo meravellós és que els hem tingut, que ens han ensenyat, i que estem aprenent...
Preciosa la frase de morir cada dia per poder veure la grandesa del dia següent...
T'estimem!
Anna
Carmen sabes que creo que apesar de estar separada fisicamente de abel,el se ha encargado de seguir enseñandote tantas cosas y sobre todo esa fuerza interna que tenes estoy segura que el te la da a diario.
el apego creo que es de lo mas dificil de controlar,como nos cuesta separarnos no solo de las personas que amamos,vivimos apegados a tantas cosas....
Sabes que me gusta mucho los pasajes que pones de algunos libros en el blog,si te das cuenta atraves de este blog, aparte de contarnos sobre la vida de abel y mucha parte de tus emociones,a mi por lo menos cada que lo leo me das una gran leccion de vida.
un fuerte abrazo
sandra
pd:gracias por pasar por mi blog
Estimada Carme,
"debemos aprender a ver todo con los ojos de un niño..."
m'agrada, simplement, perquè quan miro com un nen, quan trec part del nen que tots portem a dins, puc sentir una espurna de felicitat, una espurna d'alegria... i després torno a somriure... i ser que després el meu germanet somriu amb mi!!
Actualment el meu nen interior a quedat apagat... però saps, tinc esperança, perquè entreveig que a poc a poc, el nen s'ha començat a despertar.
Desitjo que a poc a poc, el teu nen intern també es vagi despertant!!
Un petó ben tendre per tu, i una sincera abraçada.
Mil petonets pels nostres estimats estels.
Brígida
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