miércoles, 10 de agosto de 2022

XX AÑOS...

En 1999...

Conocerte, una aventura

Abrazarte,paz

Mirarte, gozo

Acariciarte,ternura

Verte sonreír, felicidad

Escucharte, grandes lecciones

Amarte, fácil

Compartir la vida, el gran regalo.


En 2002...

Festejar el amor, fiesta

Decidir caminar juntos, compromiso

Tener proyectos, decisiones importantes

Llegar a casa y saber que estabas, tranquilidad

Dormir espalda con espalda, confianza

Tomar tu mano y cerrar los ojos, lealtad

Verte y oírte en tu profesión, ética y honorabilidad


En 2022...

Leer tus libros, volver a escucharte

Escuchar tu voz, sonreír

Sacar tu pañuelo, disfrutar tu aroma

Entrar en nuestra casa, sentir que es un hogar

Mirar tus fotos, aletear el corazón


Hubo una despedida, pero sólo momentánea, pongo todo de mi parte para que cuando me llegue el día, volvamos a encontrarnos y me enseñes ese maravilloso universo donde ahora vives y donde ahora si, ya no habrá separación.


Hace 20 años te juré amor eterno... no hacía falta jurarlo; sentir que aunque pasaran 100 años, te seguiré amando.

Un 10 de agosto... no está muy lejos... sólo 20 años... sólo un suspiro... sólo a un latido de distancia.

 

miércoles, 29 de junio de 2022

44 porque y no 44 por qué

Porque te amo en la presencia y en la ausencia.
Porque te escucho en tu voz y en tu silencio.
Porque te siento en la tibia caricia y en la fría despedida.
Porque me reflejo en tus ojos y te veo en los míos cuando los cierro.
Porque el tiempo sólo es medida cuando se ama desde el alma.
Porque la distancia sólo es espacio cuando se sigue viviendo.
Porque recuerdo más con el corazón que con la memoria.
Porque te abrazo aunque no lo haga.
Porque te beso aunque no te sienta.
Porque continúas siendo mi mayor felicidad, mi amor eterno, puro e inmaculado.
Porque vivir con tu amor es un regalo maravilloso y más hermoso será el momento del reencuentro.

¡Siempre y por siempre amándote!

44 años, 44 cielos, 44 estrellas, 44 flores, 44 lunas

¡te amamos amor mío, amor nuestro, nuestro bello Abel!

 

lunes, 3 de enero de 2022

XV años y te seguimos amando

Cuando nuestros seres amados se vuelven invisibles es difícil aceptar que ya no los abrazaremos, ni besaremos, ni nos acurrucaremos a su lado.
Escuchar su voz, aunque sea grabada se vuelve un ritual que llena nuestro corazón de emociones contradictorias.
Hoy he vuelto a sentir que mi corazón latía a mil por hora al ver algún video de Abel, y escuchar su voz serena y llena de vida y también me llevó a llorar amargamente por su ausencia.
Seres como Abel deberían ser eternos... y aún con el paso del tiempo y la evolución del duelo, sale lo primitivo de nuestro egoísmo y quisiera que estuviera aquí como fuera, sin pensar que a lo mejor está mejor donde está ahora.
Hace tiempo le pregunté a un guía espiritual que nadie nos puede asegurar que vayamos a encontrarnos después de esta vida y mucho menos reconocernos... sólo nos queda la fe de que así será y que en esta vida hay que inspirarnos en la suya para ser mejores, más limpios, más nobles, más ecuánimes, más sencillos, más puros, más nítidos, como era Abel.
Hoy es uno de esos días en que me permito llorar, estar rabiosa, sentirme triste, querer (aunque no puedo) meterme en la cama, taparme con mil sábanas de añoranza y soledad y cerrar los ojos para acercarme sólo a la orilla de esos años de lucha y sufrimiento para él.
Como decía: dejad que él elija qué quiere hacer... es él quien padecerá el tratamiento, es él a quien probablemente se le caerá el cabello, es él quien quizá vomitará, es él quien estará encerrado en estas cuatro horrorosas paredes.
Yo, hoy y siempre te acompaño, querido Abel.
Pero mira como eres hermoso, que tú me acompañas y me tomas de la mano cuando caigo para levantarme, sonreírme y decirme muy suave: tranquila... respira... todo mejora en cada segundo... todo está bien Carmen, yo estoy contigo y en ti.
Así pasará este día y mañana con una nueva sensación de renacimiento abriré los ojos y seguiremos viviendo y disfrutando esta vida bella con tu dulce recuerdo e inspiracion de tus años con nosotros.